Cisne Negro (Black Swan), es una película dirigida por Darren Aronofsky, protagonizada por Natalie Portman, Vincent Cassel y Mila Kunis, y estrenada en 2010.
Esta película nos muestra un thriller psicológico protagonizado por una bailarina (N. Portman) que trabaja en una compañía de ballet y que es seleccionada para protagonizar una nueva versión del Lago de los cisnes, donde la misma bailarina que realiza el papel de cisne blanco, también debe realizar el papel de cisne negro.
La joven enseguida se encuentra en medio de un torbellino de emociones a causa de su fijación por realizar el papel lo más perfectamente posible. Aún así no acaba de lograr ser el ci
sne negro que necesita la
representación y eso la lleva a sucumbir a la presión y tener varias crisis personales en las que no sabe distinguir la realidad de lo que realmente ocurre solo en su cabeza.
Definitivamente no es una película para ver en una tarde lluviosa para pasar el rato. Es mucho más. En este caso nos encontramos ante un retrato psicológico absorbente del que cuesta despegar los ojos.
Más de un momento en la película produce grima o sorpresa. Pero no puedes dejar de mirarla. Cuanto más parecen complicarse las cosas más ansias intentar distinguir a qué mundo pertenece cada hecho. La sexualidad y la sensualidad luchan, así como la realidad y los miedos propios de una persona. De este modo se ven presentes los toques aportados por el director D. Aronofsky, también responsable de películas como Réquiem por un sueño: sinceridad y crude
za mezcladas en una visión de la vida que cualquier persona puede vivir si sucumbe a su propia cabeza.
Tras ver la película entiendo que Portman se ganara su Oscar en la pasad
a gala de este año. Su actuación transmite en todo momento esa fragilidad propia de su personaje y las inseguridades que le acompañan.
¿Por cuánto la valoraría? 3.9/5
Es buena, muy buena. Pero no la recomendaría a audiencias sensibles o que detestan las películas con un ritmo tan suyo u orientadas en una visión autodestructiva.
De todos modos os animo a verla, puesto que no deja para nada indiferente, y ver distintos aspectos de la naturaleza humana siempre puede ayudar a conocernos una poco más a nosotros mismos.
Pues la verdad es que en su día me plantee verla, pero luego me olvidé de bajármela (lo siento, pero el cine es demasiado caro). Ahora con tu entrada me estoy planteando aprovechar estos días de verano para disfrutar de ella, aunque no la recomiendes a audiencias sensibles.
ResponderEliminarYo soy de las que piensan que para que una película sea buena te tiene que transmitir algo, no puede ser que te deje indiferente.